Powered By Blogger

Balthezor NothReally

Balthezor NothReally
Bardo Itinerante

martes, 18 de mayo de 2010

Recuerdo de mañanas solitarias...

Muchos piensan que soy ligero; casi un payaso que danza por la vida sin mayor preocupación, un ente de todos, que siempre está allí como un símbolo sin identidad,
el eterno espectáculo que alegra el ambiente con la frase adecuada y la sonrisa esperanzadora; un ser ajeno a la realidad, como si mis movimientos estuviesen sujetos a hilos invisibles, como un show de marionetas circenses, que tras apagarse las luces vuelven a su caja húmeda y oscura, esperando la luz de un nuevo espectáculo entre sollozos y escaolfríos.
No me quejo de donde estoy, escogí mi camino a través de desiciones y encrucijadas, podría haber jugado al ciego y estar mejor, podría abandonar todo y sentirme más cómodo, sin embargo tengo esta maldita esperanza que me obliga a pensar en el mañana pero que poco a poco extinge la llama de mi presente.
Hoy me avoqué a mis emociones, me conecté con el ayer, volví a experimentar, con una lágrima en el pecho, como cada cimiento sobre le que forje un futuro se abatía por un capricho egoísta y evidente.
Dicen que la infidelidad nunca se ve venir, pero la verdad es que uno elije inconcientemente no mirar en esa dirección, es muy doloroso ver el amor esfumarse de a poco e intentar como un niño estúpido retener las arenas cálidas de lo que alguna vez parecía un sólido castillo de fantasía.
Las señales fueron claras, las caricias eran mecánicas, las salidas más frecuentes; La empatía con la que nos comunicabamos a través del amor se diluía lentamente hasta convertirse en un pálido recuerdo que mantenía la relación pegada como una estampilla sobre lija. Detrás del desamor, el engaño corroía el alma, se llenaba de ira cuando el patético caballero, ahora con la armadura vieja y oxidada, intentaba abatir un dragón de ilusiones a punta de llamaradas de pasión, suspiros decadentes que buscaban con locura volver a abrazar y con suerte, recuperar el dulce calor en un profundo sentimiento.
Cuando me preguntan como estoy sólo sonrío y digo lo que quierem escuhar, estoy conforme con mi actitud frente a lo sucedido, aunque a veces quisiera gritar y llorar de angustia de nada sirve hacerlo solo, menos me sirve si preocupo a mi gente.
Cuando todo acabó, y me sentía más dolido e inseguro, haciendo eco de la mecánica en nuestra relación ella me soltaba bombas emocionales, su llanto triste y arrepentido sólo era consolable con un buen trago de mis propias lágrimas.
Nunca quize que nadie sufriera, a veces desearía haberme comportarme como un imbécil, y con mi bífida lengua sacar a flote mis más sarcásticas e hirientes palabras a quienes pisotearon mi corazoón, haber sido incluso capaz de descargar la furia de mis puños sobre ese estúpido y despreocupado mocoso que me quitó la habilidad de amar de verdad.
Pero no puedo, mi maldita empatía no me permite ser egoísta, ni con el niño enamorado, ni con la chica caprichosa, ni mucho menos con el pequeño que nacerá de ese cariño.
Nunca he confiado en nadie plenamente y por eso me he quedado sólo con mi gato, sólo él pareciera entender lo complicado que me resulta acercarme, tocar y dejarme amar, hace tanto tiempo que alguien no hace algo especial por mí que me enternece verle acercandose, casi intuitivamente consolándome mientras mis lágrimas se extinguen en las sábanas, donde nadie las verá jamás, lágrimas que no existieron, una pena que nunca se compartirá.