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Balthezor NothReally

Balthezor NothReally
Bardo Itinerante

lunes, 5 de abril de 2010

Libertad Divina

Hay pocas cosas que me molestan en esta vida, muchas me incomodan, otras me son incomprensibles, incluso un monton de tonterías me son indiferentes. Sin embargo, si hay algo que me molesta en demasía es la postura de los moralistas frente a cosas como la libertad del ser humano para con su cuerpo y mente, un par de temas atrás me dedique un poco a divagar sobre eso, sin embargo quería hacer un acercamiento más profundo al tema de las drogas y el miedo asociado a las libertades psicotrópicas que el mundo de los alucinógenos provee.
Personalmente encuentro que cada droga tiene un sentido, y aunque tengo reparos con algunas para mi es importante acercarse y conocerlas para poder discernir sobre ellas. Ojo, no necesariamente probarlas pero al menos saber de que se trata cada una y cual es su efecto tanto mental como fisiológico.
Dejando un poco de lado las drogas "legales" no recuerdo bien cuando fue que fume mi primer porro, lo hice de mono y la verdad que no me hizo mucho efecto. No fue hasta los 17 que luego de un fatal accidente me ví inmerso en un torbellino de depresión y desesperanza, me autorrecluí en mi casa, donde mis amigos mas cercanos llegaban a honrar la muerte de uno de la pandilla con trago y pucho. Mi inconciente afloraba constantemente dejando estragos y alejándome aún más de la sanación de mi alma. No pensaba claro, mis ideas estaban repartidas entre la culpa, la ira hacia mi mismo y la autocompasión. Fueron momentos difíciles, sin embargo no quería ayuda profesional, por algun motivo me imaginé que terminaría siendo un zombie de las pastillas, mermando mi creatividad, sin permitirme salir adelante y asimilar correctamente esta fuerte experiencia.
Fue entonces cuando encontré la marihuana, sólo una fumada bastó para que mi corazón se tranquilizara y pudiera sentarme a pensar, no digo que haya sido la solución mágica ni nada por el estilo, pero me ayudo muchisimo a detenerme y reflexionar un poco, razonar acerca de lo que había sucedido, donde estaba yo en ese momento y cuales eran mis responsabilidades de ahí en adelante. El trabajo mental fue absolutamente personal, pero el porro de alguna manera me quitó esa camisa de fuerza que me impedía acercarme a mi interior de una manera ligera y ordenada.
Desde entonces soy un fumador social, me gusta disfrutar un cañito y salir a caminar por las calles, ver una película o simplemente compartir unas birras y reírme hasta el cansancio. Si fuera legal tener mis matitas no molestaría a nadie, sin embargo, la ley me obliga a acrecentarle el negocio a los nefastos que reparten pasta base y cuanta porquería por la calle, haciendolos más poderosos de lo que ya son, un círculo vicioso que obliga al estado a gastar millones en policías trabajando a doble turno... soberana estupidez.
Esto me lleva al tema de fondo que son las libertades de la mente y la divinidad, pues si nos fijamos bien incluso la liturgia cristiana incluye el vino en sus ceremonias, qeu si viene cierto ahora son mucho mas pulcras que en los tiempos de jesus, estoy seguro que compartir el vino al principio de los tiempos hablo de camaradería y apertura entre los fieles. Entre las tribus que aún quedan en el mundo es preponderante el uso de sustancias para guerreros, shamanes y miembros de la aldea mientras de compartir, tener una revelación o prepararse para cazar se trata.
¿Porque mierda no puedo plantar una matita que puede sanarme en mi propio jardin?, ¿a quien rechucha le afecta si me fumo un cañito en la tranquilidad del hogar?. Sólo puedo pensar en el eterno temor de la gente a lo que no comprende, como pueden sin cesar apuntar con el dedo a lo que les es extraño, creo que en el aire se siente un cambio generacional fuerte, impulsado por la globalización y el entendimiento que estamos haciendo todo mal. Hace poco observé como procesaban a un terapeuta que trabajaba con San Pedro, un cactus sagrado que aplicado de la manera adecuada te permite observar tu interior y "conectarte" de una forma casi mágica, una capacidad que no explotamos al estar ligado al concepto de realidad concreta, un concepto que no nos permite observar las pequeñas conecciones que están en todo y en todas partes.
Aquellas conecciones que jamás observarán quienes deambulan como ovejas por el mundo, sin llegar nunca realmente a conocerse, siguiendo como animales descerebrados lo que dicen "los qeu saben" sin realmente meditar acerca de cosas tan importantes como la libertad de pensamiento y acción que en definitiva es aquello por lo qeu el hombre ha luchado desde tiempos inmemoriales.
Observen a Jesus en su plenitud!, un sabio itinerante que hablaba de amor por la gente, por la naturaleza y que expresaba que todos eramos hijos de una escencia que está mas allá de nuestro entendimiento, pero que podemos sentirla y acceder a ella no como un padre sobreprotector mañoso y engreído (ese es el hombre), sino como una fuerza que no es buena ni mala, no tiene forma humana porque lo es todo, cada particula que pulula a nuestro alrdededor en escencia es igual a nosotros, existe y no existe mientras respiramos, acceder a ella sólo requiere sentarse a meditar y creer, realmente creer que fuimos hechos para lograr esa conección que en definitiva es el sentido de nuestra vida.
Si Jesús viviera en nuestros tiempos, seguro que se fuma un caño conmigo...